El Secretario de Energía de Estados Unidos, Chris Wright, afirmó el lunes que lograr cero emisiones netas de carbono para 2050 es «un objetivo siniestro» y criticó los esfuerzos británicos por cumplir los objetivos de energía limpia. El ex presidente Joe Biden fijó en 2021 el objetivo de emisiones netas cero para 2050 en Estados Unidos, en un esfuerzo por combatir el cambio climático fomentando el desarrollo de energías limpias y vehículos eléctricos mediante subvenciones.
En una conferencia celebrada en Londres por videoconferencia, Wright afirmó: «Las emisiones netas cero para 2050 son un objetivo pésimo. Es un objetivo terrible». También señaló: «Perseguir agresivamente este objetivo -y su país lo ha perseguido agresivamente- no ha aportado ningún beneficio y ha tenido un coste enorme».
Wright subrayó durante una sesión de preguntas y respuestas en el evento de la Coalición de Responsabilidad Cívica que su principal prioridad es que «el gobierno se mantenga al margen» de la producción de petróleo, gas y carbón. La administración de Donald Trump anunció el viernes que había emitido una licencia para exportar gas natural licuado al proyecto Commonwealth LNG en Luisiana, la primera aprobación desde la moratoria de Biden a las exportaciones de GNL. «El viernes pusimos fin a la moratoria y aprobamos la construcción de la terminal de exportación Commonwealth LNG, y hay más terminales en cola para su construcción», declaró Wright. «El mundo sólo funciona con hidrocarburos, y para la mayoría de sus usos, no tenemos alternativas».
Se mostró especialmente crítico con el sistema energético descarbonizado del Reino Unido, señalando que este país ya ha puesto en peligro el nivel de vida y ha trasladado las emisiones a otros lugares en pos de su objetivo de descarbonización para 2030. «El Reino Unido dejará de fabricar productos de alto consumo energético. Esos productos se trasladarán a otros lugares», afirmó. «Esto no es una transición energética. Es un paso a la locura. Es empobrecer a sus propios ciudadanos bajo la ilusión de que el mundo será un lugar mejor».
El primer ministro Keir Starmer ha situado las energías limpias en el centro de la estrategia británica, con la esperanza de crear puestos de trabajo altamente cualificados y crecimiento económico aprovechando los recursos eólicos marinos del país. En enero, Trump criticó la política energética británica en un discurso previo a la investidura presidencial en el que pidió al Reino Unido que «abriera» las cuencas petrolíferas y gasísticas del Mar del Norte y cancelara los parques eólicos.