En 2025, el Consejo Nacional de Política Energética de Brasil se reunió para debatir si seguir adelante con el proyecto de la central nuclear de Angra 3. En la reunión, Raul Lycurgo, Presidente de Eletronuclear, destacó los amplios beneficios del proyecto para la economía brasileña, como la creación de empleo, el impulso del desarrollo social y la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles.
Desde su inicio en 1984, el proyecto Angra 3 ha sufrido varias interrupciones. En la actualidad, las obras de construcción se han completado en un 65%. Según Eletronuclear, el abandono del proyecto podría suponer una pérdida de unos 21.000 millones de reales brasileños (3.700 millones de dólares), cifra comparable al coste necesario para finalizar la construcción. Además, se espera que la capacidad de generación de Angra 3 cubra las necesidades de electricidad de 4,5 millones de personas y proporcione una fuente estable de energía limpia para Brasil.
Lycurgo señaló que Angra 3 no es sólo un proyecto energético, sino también un importante motor de desarrollo social y crecimiento económico. Citó un estudio de la Fundación Getúlio Vargas, según el cual cada dólar invertido en energía nuclear genera un retorno de 2 dólares en el PIB. Se espera que el proyecto cree 7.000 empleos directos y decenas de miles de empleos indirectos. Además, la expansión de la cadena de suministro beneficiará a más zonas de Brasil además de la región en torno a Angra dos Reis.
También destacó que el precio previsto de la electricidad de Angra 3 es competitivo, en torno a 653,31 BRL (aproximadamente 114 USD) por MWh, inferior al precio medio de varias centrales térmicas del país. Este proyecto no sólo contribuirá a reducir la dependencia de los combustibles fósiles, sino que también aportará mayor estabilidad al sistema energético brasileño. Lycurgo ha declarado: «Completar Angra 3 será un hito en el desarrollo de Brasil, no sólo impulsando el progreso en el sector energético, sino también catalizando el cambio económico y social.»